Josué Trejos Poesia CR
Nancy Cabezas Contreras
Nació el 21 de agosto de 1983 en la ciudad de Cartago, Costa Rica. Desde pequeña la poesía le pareció un medio eficaz para externar los sentimientos y para dar un espacio a esas conversaciones internas que no fluyen tan fácilmente, así como un medio para ceder la palabra a todos aquellos que se han quedado sin voz. Conforme Nancy creció, la poesía fue quedando en un segundo plano, todos sus escritos fueron guardados para sí misma.
Su abuelo, Alberto Cabezas Gómez, un poeta de origen nicaragüense, muy activo en el mundo del arte y literatura de Cartago, intentó en repetidas ocasiones instarla a exponer su poesía, sin embargo, por diferentes razones se mantuvo oculta al público. Después de la muerte de su abuelo, y la celebración de un evento poético en su nombre; instó a la poeta a hurgar en el mundo de las letras. Para finales del 2017, finalmente tomó la decisión de establecer contacto con Los Hijos de Caín, quienes con mucho respeto y admiración confiaron en su trabajo y le dieron la bienvenida dentro del colectivo.
De profesión, Nancy es Lic. en Administración de Empresas con énfasis en Mercadeo y en Finanzas del Tec, y actualmente participa activamente de diferentes talleres, recitales y grupos literarios en su país de origen. Ha participado con poemas y en la edición de varias antologías. Formó parte durante un año del Conglomerado Internacional Hacedores Literarios donde recibió varios talleres de formación en poesía.
Mariposa marchita
De las ruinas recién construidas que calaron tu capullo,
han de emerger árboles subterráneos paridos
por las mariposas excéntricas que han abandonado su célula pródiga.
Llena de ira ha de renacer la pericia
que no engendró el árbol etéreo,
y en medio de las sublimes ruinas
retumbará el lamento
de las alas entrecortadas de letras sin terminar.
Todos esos imprecisos simbolismos
que sin pretensión se convirtieron a lo abstracto,
en la construcción de lo no vivido, del barro marchito,
de un insecto alado sin retorno,
de horas plenas agonizantes en viva sobre exposición,
no aparentarán nada más.
Clamarán, a voz callada,
las larvas celes por las lágrimas,
y de antiquısimos cimientos
se cubrirá la voluntad,
deambulará por donde se han tejido
mil encantos enjaulados
y tomará la más larga pausa
donde pueda desdibujarse,
bajo la sombra del árbol en ruinas… deambulante ante la novedad.
Antología Primera. Hijos de Caín. 2022
Luz Oscura
Mi cuerpo se inclina al lado
de la luz pensante,
oro sin creer lo que ocultan mis ojos,
y por morir mientras vibra el silencio
imploro falsos sacrilegios.
Obsequio mi sangre como consuelo
y me ilumino como inmundicia santificada
exhalo veneno, inhalo sosiego
la vida en un ruego le entrego al infierno.
De repente el alba,
de repente el crepúsculo,
mansamente agoniza el repasar en exceso
las líneas claras, las zonas muertas,
postrada en la misma inútil
posición de vergüenza.
Luz pensante que incrusta sus rayos
en mi pecho,
atiborra de espanto al espectro
de agua sagrada
que inhalé por el cuello.
Luz pensante que de alimento
toma mi cuerpo y ha de querer despojarme
mientras en silencio me pierdo.
Luz tornasol que, entre la bruma,
no existe la inventé en el cementerio
de mis personalidades
retumbando entre las tumbas
de mi trilogía que sustenta de veneno
mi penitente espectro.
Quimeras del Edén. Hijos de Caín. 2023
Descubrir el camino
“…yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.”
Gabriela Mistral
No codicio un matrimonio sacrosanto
ni compromisos generosos de avaricia entre las sábanas.
No quiero llamar con suspiros un amor inexistente
mientras lamo tus deseos convencidos de utopía.
Solo quiero transitar en el respiro de tus reflejos
sin que la razón distraiga las ganas.
Solo quiero descubrir en el camino
si llegamos a la cumbre o nos bifurcamos en el desierto.
No necesito que me conviertas en poesía
sé que lo soy cuando estoy contigo
pero también cuando te abandono entre las sombras.
Necesito sentir que en la ausencia no cedes
y que hay perpetuidad de ti ante la incertidumbre.
Inmortal solo el aroma que arremete
cuando no están tus latidos.
Inmortal solo el tiempo
que nos sujeta por los labios.
Todo lo demás me resulta efímero y reemplazable.
Puedes partir
cuando ya no distingas el aroma de mis flores,
pero cierra la puerta con el coqueteo de un guiño
y la exquisitez de un agapanto,
para que no interrumpas de nuevo
el sueño de mis tempestades.
Inédito. 2024